Autor: Fernando Lagarde
La ciudad que amanece en barrios y en ellos nosotros, con la piel desilachada por el tiempo y la memoria grabada en cada
atardecer, en todos los pasos que aun resuenan por las calles; la memoria puede permanecer oculta a los circunstanciales
ojos que la circundan, pero allí, en un mínimo espacio, en un frágil segundo se muestra, a veces transformada en una
pequeña piedra de color brillante que nos cuenta historias de nosotros, que fuimos ellos enredados en atardeceres sin
tiempo, en un barrio que vive y se transforma, en una ciudad eternamente viva.